lunes, 7 de enero de 2008

Aconcagua, para gente como uno; pequeña historia de un trekking...

TREKKING A LA PARED SUR DEL ACONCAGUA


Aconcagua desde Horcones

El Aconcagua para gente como uno...
(pequeña historia de un trekking)


Por: Jaime Suárez.


Nota: Por el transcurso del tiempo, valores o situaciones como precios de acceso al Parque, zona de establecimiento de campamentos, etc. pueden haber sufrido variaciones importantes. Tener en cuenta.


Mucha gente, me suele hacer preguntas sobre andinismo. Preguntas que en el fondo encierran curiosidad con a veces un no disimulado deseo de querer subir una cumbre tan importante como el Aconcagua.
¿Es el Aconcagua, como mucha gente pretende, una montaña para cualquiera?
Pareciera en muchas ocasiones que sí. Todas las temporadas se dan ejemplos de ello. Ejemplos que suelen ocasionar problemas y hasta muertes, a los protagonistas y lamentablemente a veces a terceros. Pero no hay que suponer que por ver cómodamente sentado una película sobre esta montaña u otras, donde no se pueden apreciar la totalidad de vivencias de los escaladores, o por leer libros o artículos referidos al tema, o ser tentado por alguna empresa de turismo aventura con planes piloto, va a ser una tarea liviana y de fácil realización.
Es necesario prepararse muy bien, tener excelentes condiciones de salud, hacer paulatina y progresivamente - acompañado por expertos - cumbres de menor altura, una constante asesoría previa, tomar conciencia de la aclimatación, ganar conocimiento y experiencia y poseer un muy buen equipo, amén de muchas más. Se hace imprescindible una sucesión de pasos previos antes de intentar esta experiencia.
Pero conocerse a uno mismo es lo más fundamental. La montaña no sólo es una aventura, es un desafío hacia el conocimiento de uno mismo, nunca un desafío hacia la montaña. No llegar a una cima suele ser también un gran paso para ese conocimiento y hay que entenderlo así.
Para subir al Aconcagua, las tres rutas principales son: la ruta normal, que parte desde plaza de Mulas, la ruta del Glaciar de los Polacos, que parte desde su base y la ruta de la pared Sur que parte desde Plaza Francia. Su cumbre principal, la norte, con 6.962 metros de altura, está a los 32°39.21´latitud Sur y a los 70°00.75´longitud Oeste, dentro del Parque Provincial Aconcagua, en la Provincia de Mendoza. No me cansaré de decir, y no estará nunca de más, ya que hay montañeros en el mundo que no saben que el Aconcagua se halla enteramente dentro de territorio argentino.

Pero si evidentemente hay cosas que la “gente como uno” no puede realizar, por diversas razones, y sí hay algunas que se pueden hacer, siendo necesaria cierta predisposición y un poco de espíritu de sacrificio, y sirven, llegado el caso, de conocimiento previo para imaginar cosas mayores.
Y si bien por ahora dejaremos las tres principales rutas para coronar el Aconcagua, una de las empresas que podemos realizar es uno de los trekkings que conduce a la maravillosa pared Sur de esta bellísima montaña. Es una agradable y fuerte caminata para concretar entre amigos y/o familiares con experiencia en campamentismo. Una excelente aventura a ser encarada.
El Parque se encuentra a unos aproximados 180 kilómetros de Mendoza, cerca de la frontera con Chile, y consta de unas 71.000 hectáreas, habiendo sido declarado parque provincial en el año 1983.
Para el ingreso se hace necesario y obligatorio obtener un permiso personal ante la Dirección de Recursos Naturales Renovables de la Provincia de Mendoza. La misma se encuentra en el Parque General San Martín, en la Ciudad de Mendoza, y los aranceles son:
Para Trekking Corto –permiso por 3 días- desde el 15 de Noviembre al 15 de Diciembre $ 7,50. Desde el 16 de Diciembre al 15 de Febrero, $ 10,00 y desde el 16 de Febrero al 15 de Marzo, nuevamente $ 7,50.
Para Trekking Largo –permiso por 7 días- los importes son respectivamente $ 15,00, $20,00 y $15,00.
Para ascensión al Aconcagua –permiso por 20 días- las tarifas son, también respectivamente, $ 40,00, $60,00 y $40,00.
Cabe destacar que los extranjeros deberán pagar por los conceptos mencionados el doble de dichos importes.

Tenía pendiente con mi hija mayor una promesa para hacer una caminata, trekking corto, desde la Laguna de Horcones hasta Plaza Francia, para contemplar desde ella la majestuosidad e imponencia de la famosa pared Sur del Aconcagua y si era factible, poder mirar alguno que otro alud, que nunca faltan. La época ideal para esta marcha, por lo general y salvo temporales no esperados, es desde fines de Noviembre a finales de Enero.
Apenas festejada Navidad, y con algún resto de sidra en nuestro organismo, partimos el 27 de Diciembre desde Mendoza a Puente del Inca. Esta preciosa localidad se encuentra a los 2.720 metros de altura y es un buen lugar para dormir e irse aclimatando poco a poco a la altura. Recordemos que se parten desde los 747 metros de altura de Mendoza.
Hacia Confluencia, al fondo el Aconcagua

Al día siguiente, con ropa de caminata, pantalones abrigados y holgados (no vaqueros), más un polar, un conjunto rompevientos, campera de montaña o parka, botas de trekking (previamente domadas o al menos usadas varias veces), un sombrero (durante el día en los valles y quebradas el sol es muy fuerte), guantes, crema protectora, unas buenas gafas, un par de bastones, una mochila con provisiones suficientes (no olvidar que es peso que se traslada), caramañola con agua, una cocinita de gas, neoprene, una carpa, y una amiga de mi hija que se anexó a la aventura, partimos luego del desayuno. Casi unos 4 kilómetros más adelante, desde la ruta internacional pudimos ver, al fondo del valle Horcones, y perfilada por un intenso cielo azul, a la mole del Aconcagua. Desde ahí se realiza el ingreso hasta la casilla de los Guardaparques, - ubicada muy cercana a la Laguna Horcones – a los 2.850 m. Allí quedaría nuestro vehículo hasta el regreso. En caso de llevar equipo de radio, la frecuencia que utilizan los guardaparques es 142.8 MHz.
Habíamos obtenido, en Mendoza, los 3 permisos de ingreso correspondientes que debimos presentar ante los guardaparques, quienes se encargan de la atención y control del visitante, del control ecológico y tienen también poder de policía.
Nos recordaron muy amablemente las prohibiciones de encender fuego con vegetación natural, producir daños, retirar restos fósiles o arqueológicos, utilizar detergentes en los cauces de agua, y el deber de retornar la basura en una bolsa numerada que especialmente se le entrega a cada visitante. También que se debía utilizar como baño lugares alejados más de 30 metros los cauces de agua haciendo un pozo y tapando.
A partir de allí, mochilas en la espalda, y a caminar. Eran las 11,30 de la mañana. Con paso alegre iniciamos la marcha hacia Confluencia. El tiempo normal previsto de marcha es de 4 horas. Atravesamos el puente colgante que está antes de la quebrada del durazno, cruzándonos constantemente con andinistas que regresaban de intentar o ascender el Aconcagua. Llegamos a Confluencia a las 15 horas. Habíamos demorado 3 horas y media. Excelente tiempo, media hora menos de lo previsto. Nuestra marcha había sido cómoda y salvo el peso de las mochilas bastante tranquila.
En este lugar a los 3.500 metros de altura y a un poco mas de 6 kilómetros del inicio de la caminata, confluyen los cauces que bajan desde Plaza de Mulas y Plaza Francia, formando el Río Horcones y se separan los senderos que conducen hacia la ruta normal de ascenso al Aconcagua, cuya base es Plaza de Mulas, y la ruta que lleva a la temible pared Sur del Aconcagua, cuya base es Plaza Francia.
Hacia esta última debíamos avanzar, y decidimos hacerlo una media hora más alejándonos del trajín de los andinistas que transitaban hacia la ruta normal del Aconcagua. Recordaremos que esta temporada se superaron los 4.000 visitantes.
Se puede optar por hacer el primer campamento en Confluencia y compartir la experiencia de convivir unas horas con las expediciones, o si se prefiere la soledad continuar hasta donde nosotros lo hicimos.
Pronto llegamos al lugar ideal, junto a dos grandes piedras que nos superaban en altura, a los 3.573 m. Precisamente a los 32°44.751´Sur y 69°58.432´Oeste. Y a casi un kilómetro y medio de Confluencia. Habían sido cuatro horas de marcha, que por ser el primer día se hicieron sentir. A unos 30 metros de esta posición, hacia el oeste, hay una surgente de fresca y clara agua pura donde saciamos nuestra sed y rellenamos las cantimploras.

Armamos nuestra carpa, y preparamos el tardío almuerzo que incluyó jamón serrano y duraznos en almíbar. Más tarde un té, mientras contemplamos durante varios minutos el espectáculo del vecino cerro Almacenes que por la puesta del sol parecía en llamas, al igual que acontece con el Aconcagua desde Plaza de Mulas. Luego de la cena, a dormir en las abrigadas bolsas de pluma. El día siguiente sería un poco más largo el camino.
Tras un suculento desayuno, y después de haber descansado mucho para poder cansarnos más, partimos mochilas a la espalda, a recorrer los aproximados ocho kilómetros que restan hasta Plaza Francia. El tiempo estimado a una marcha normal es de cinco horas durante las cuales se va ascendiendo poco a poco a través de esos kilómetros la diferencia de altura en que se encontraría nuestro destino que era de unos 670 metros.
Un descanso durante el trekking

Los continuos recodos del sendero, unido a la contemplación del glaciar Horcones inferior, que discurre por el valle hacia Confluencia, y el poder apreciar poco a poco la aparición de la pared sur del Aconcagua, la que paulatinamente iba aumentando su tamaño a medida que nos acercábamos, hicieron que demoráramos las cinco horas estimadas para la marcha. No faltaron los saludos a otros grupos que nos cruzaban o superaban cuando parábamos a obtener fotografías, y el poder disfrutar los cortes que en el cielo azul hacían los perfiles de las altas montañas. Es un espectáculo digno de ser disfrutado.
Hacia Plaza Francia

Armamos nuestra carpa al inicio de Plaza Francia, un poco antes de la base sur del Aconcagua, en un lugar seguro a probables avalanchas de piedras, mientras que observábamos a los lejos a grupos de personas que nos precedían, y que parecían hormigas siguiendo un camino.
Nuestra posición era S32°40.823´y O69°58.185´y la altura marcada de 4.260 metros.
Un almuerzo, que disfrutamos, a pesar que mis acompañantes era la primera vez que estaban a esa altura, pero no hay que dejar de considerar que pueden producirse, según las personas, independientemente de algún pequeño malestar, problemas de altura. En cuyo caso y si no hubiese sido suficiente la aclimatación de la marcha a la altura alcanzada, hay que regresar al primer campamento, o al punto de partida.
Aconcagua, pared sur

Un breve descanso y nos acercamos a la Pared Sur. Levantando nuestra vista y la recorrimos innumerables veces con la mirada, sin llegar a cansarnos en ningún momento.
El frío que origino la pronta puesta del sol sobre la cumbre del Aconcagua motivó que debiéramos regresar a la comodidad de la carpa, no sin haber contemplado la caída de dos sonoros y tardíos aludes de nieve.
Al pie de la pared sur del Aconcagua

La temprana cena, el temprano intento de dormir escuchando una agradable música y alguno que otro ruido de noctámbulos aludes, no lograron que fuese larga la noche. También desde la puerta de nuestra carpa, colocada estratégicamente apuntada hacia el Aconcagua, nos había permitido observar ponerse negra su blanca pared.

A la mañana siguiente, la contemplación del despertar del sol sobre la pared del coloso de América, el calor del desayuno y a comenzar a desarmar la carpa para el regreso. Había que transitar los aproximados 16 kilómetros que nos separaban hasta la casilla de los guardaparques, donde deberíamos dejar, en la correspondiente bolsa, la basura que habíamos producido.

Una marcha tranquila, sazonada de saludos en diversos idiomas a senderistas que nos cruzaban, y no exenta de alguna que otra ampolla, nos permitió llegar en unas cinco horas a nuestros vehículos. Desde allí de regreso a Mendoza; todo eso en el día.

Jaime Suárez